Pocos cineastas han trabajado, no sin dificultades, desde la más absoluta libertad creativa, dando lugar a un de las filmografías más irredentas e influyentes del cine europeo. Straub y Huillet, figuras clave de la modernidad cinematográfica, conciben el cine como un acto de resistencia estética y política. Su obra es un radical trabajo de rescritura de otras obras; lectura / reescritura de piezas de teatro, óperas, textos en verso o en prosa, a partir de una sistemática depuración de los elementos primarios del cine —la imagen, el sonido, la palabra, la música, los gestos. En sus relecturas de Hölderlin, Mallarmé, Kafka, Heinrich Böll o Pavese, Straub/Huillet construyen una obra sin parangón cuyas influencias —reivindicadas por los propios cineastas— son tan dispares como John Ford, Griffith, Bresson o el pintor Paul Cézanne. CRÓNICA DE ANNA MAGDALENA BACH A partir de materiales heterogéneos (cartas, documentos administrativos, manuscritos, necrológicas, partituras), la película afronta la reconstrucción de la biografía musical de Bach, poniendo el énfasis en dimensiones generalmente poco tenidas en cuenta por los biopics al uso, tales como la filmación y grabación en directo de las interpretaciones que forman el cuerpo sustancial de la película. Así la obra creativa de un artista alcanza lo que Straub llamó la dimensión marxista de la obra mediante la captación en directo y en pleno esfuerzo del trabajo humano.
Reparto: Gustav Leonhardt, Christiane Lang, Paolo Carlini, Joachim Wolff
Director: Jean-Marie Straub, Danièle Huillet
Género: Música, Biografía, Historia
Año: 1968
Duración: 94 min.
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