Decía el grupo de punk-dub femenino The Slits que el silencio también es un ritmo. Y que al principio de todo ya existía el ritmo. El silencio quizás no existe. Quizás solo sea cuestión de escuchar bien. Quizás no. Lo que si podemos asegurar es que la percusionista escocesa Evelyn Glennie escucha mejor que nadie. Lo atestigua su Grammy, las orquestas y artistas con los que ha colaborado, los trabajos de percusión que ha comisionado para renombrados compositores del mundo entero, las bandas sonoras para series de TV y filmes. Y eso que Evelyn Glennie es sorda. ¿Cómo? Sorda. Quizás olvidamos comentarlo antes. La percusionista más famosa de hoy en día tiene un defecto que le impide oír. Y, a pesar de su sordera, Glennie ha desarrollado una nueva forma de escuchar, una manera de dejarse tocar por el sonido con el cuerpo entero, con cada célula. “Escuchar es una forma de tacto”, comenta, como si su situación e historia fuese la más normal de todas. Pero no lo es. Impulsada por su padre, Evelyn hizo salto de vallas educativo con cada uno de los obstáculos con los que se cruzó en su camino; y fueron legión. Toda esa carrera se centró en un objetivo: aprender a escuchar con el organismo, a través de la piel y boca y ojos. Hoy en día –cojamos aire antes de continuar- la lista de sus logros parece imposible para una persona con las facultades auditivas en perfecto estado, y eso sin mencionar lo que implica para alguien que no oye. Ha colaborado con artistas tan diversos como Nana Vasoncelos, Kodo, Bela Fleck, Bjork, Bobby McFerrin, Sting, Kings Singers, Mormon Tabernacle Choir y Fred Frith. Ha grabado 22 discos, de los cuales Bartok’s Sonata for two Pianos and Percussion ganó el Grammy en 1998. Una nueva colaboración con Bela Fleck le valió otro Grammy. Ha compuesto 133 trabajos de percusión para otros artistas. Ha parecido en cientos de programas de televisión, del The David Letterman Show (USA), a Sesame Street (USA), The South Bank Show (UK) o Songs of Praise (UK). Y aún así se las arregla para dar una media de 100 conciertos al año. Sería difícil llamar a eso una minusvalía. El sonido de Evelyn Glennie –un sonido difícil de escribir, pero que podría definirse como “la música de la tierra”: la música de las cosas, las plantas, animales y la música de los seres vivos- enamoró al meticuloso cineasta Thomas Riedelsheimer desde la primera vez que lo escuchó. Desde entonces se propuso hacer un filme sobre la percusionista, uno que la llevara lejos de los grandes auditorios y la embarcara en un tour de espacios, calles y gentes, familiares y extraños, sonidos nuevos. Touch the sound es el resultado de ello, y sus imágenes son tan sobrecogedoras como sus notas. Merece la pena abrir cada poro y dejarse sumergir en el sonido del silencio.
Reparto: Evelyn Glennie, Fred Frith, Jason The Fogmaster, Roger Glennie
Director: Thomas Riedelsheimer
Género: Musical, Cultural
Año: 2004
Duración: 99 min.
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